viernes, 25 de junio de 2010

Días posteriores al DÍA X

Tic, tac, tic, tac, tic, tac…
Hablé con mis amigas y como era de esperar, lejos de resolver mis dudas sólo introdujeron más sombras en mi cabeza. No te obsesiones, es un capullo. No merece la pena. Pasa de él. Puedes hacer lo mismo con cualquiera.
No quería. Sabía que no tenía que hacerlo, pero te llamé esa noche. Te solté un rollo increíble y tú me dijiste exactamente lo que necesitaba escuchar. No quise ver más allá.
Volvimos a quedar la semana siguiente. Fuimos a jugar al billar, todo salió al revés. Estaba tu tío. Me diste una paliza increíble y yo hice un ridículo espantoso. En seguida me llevaste a casa.
Nos volvimos a ver unos días más tarde. Otra vez tuvimos sexo. Yo sabía que la estaba cagando, pero me lo paso tan bien contigo…
Aquél sábado yo iba de fiesta con mis amigas. Te dije que iríamos a la "discotecacutre". Me dijiste que bebiera y lo hice. Pensé que no vendrías, pero me llamaste y nos encontramos en el parking. Qué desastre. Me dejaste sola con tu amigo. Pensé que ya no te gustaba, que me dejabas con él como si yo fuera una especie de juguetito que os podéis prestar de unos a otros. Cuando llegó el resto del grupo su actitud no ayudó demasiado. Me sentí como una golfa y pensé que si eso era lo que se esperaba de mí, no iba a ser idiota y quedarme de brazos cruzados viendo cómo me tomabais el pelo. Flirteé, coqueteé y traté de coger la sartén por el mango. Salimos al coche y estuvimos solos un rato. Entonces te fuiste, no quisiste quedarte conmigo. No podía entender por qué si 20 minutos antes era un trofeo sexual, de repente te marchabas sin acabar la faena.
Al día siguiente hablamos por Messenger. Yo estaba muy enfadada y te solté otro discurso fuera de lugar. A ti también te pasaba algo. Finalmente me contaste que tus amigos te habían dicho que yo había intentado tener algo con ellos. Yo estaba alucinando. Menuda panda de flipados. Recordé que tenía el móvil de uno de ellos y mandé un sms para pedir disculpas. Yo sabía que no iba con la intención de liarme con ninguno, pero reconozco que se me puede malinterpretar. No era la primera vez que me pasaba eso.
Intenté quedar contigo para disculparme en persona. “No te agobies, que ya está todo aclarado. No te lo tomes mal guapa. Estoy almorzando con mi padre. Un besito”.

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