martes, 24 de mayo de 2011

Ex-amantes, gente mala y carne débil (I)


Hace un par de semanas, estaba yo de compras en un centro comercial con mi bruja y mi rubia, cuando mi móvil se puso a vibrar enloquecidamente. La pantalla del aparatito indicaba Nombre-Edad-Discotecaquefrecuenta, lo cual señalaba inequívocamente que era uno de mis ex-amantes. Inmediatamente experimenté un subidón de adrenalina, calores o autoestima, llámese X. Me puse muy colorada, me entraron sofocos cual menopáusica, me aparté de mi familia y más por curiosidad que por gusto, respondí a la llamada.

El chico me explicaba que, tras una breve convivencia con una chica hiper-celosa, su estado civil de nuevo era soltero y tiraba de agenda por necesidades fisiológicas obvias. Reclamaba para conmigo lo que en lenguaje eufemístico se conoce como "quedar para tomar algo". Cuando el chico terminó de actualizar innecesariamente mis conocimientos sobre sus posesiones (acabo de comprarme un chalé... tengo intención de comprarme un Ford mustang nosécuantos...), como si yo fuese su albacea o vete tú a saber, le dije que estoy prometida y consecuentemente retirada del mercado. Se quedó un poco chafado, pero pareció comprender la situación, me felicitó y me hizo saber que si de todos modos seguía interesada en "quedar para solamente tomar algo, de buen rollo", podría llamarle si me apetecía. Pensé que, si cuando estaba soltera no perdíamos tiempo en ir a tomar nada porque éramos bastante más directos, ahora no me veía tomando té y pastas con él. Pero bueno, una amistad nunca es mala y cada persona es libre de tener sus fantasías.

La cuestión es que, por algún extraño mecanismo del cerebro femenino, de esos provenientes de los ancestros de nuestra querida herencia judeo-cristiana, nada más colgar el teléfono empecé a sentirme extrañamente culpable por hablar con el chaval. Como si hubiera sido yo quien había buscado al tipo pidiendo lo suyo. No podía quitarme el remordimiento de encima.

Acto seguido llamé a Pasteloso para informarle de cada detalle de lo sucedido, que se quedó un tanto alucinado por mi reacción ante una llamada sin más misterio que ese, teniendo en cuenta que el historial de ex-amantes que él tiene es bastante más largo y cuenta con unas cuantas psicópatas malintencionadas entre sus filas. Pero eso os lo contaré otro día, que esa historia está inconclusa y las heridas todavía sangran.

Hasta ahí el episodio de hoy.

Y vosotros ¿habéis vivido historias parecidas con ex-amantes o personas que reaparecido en vuestras vidas? ¿cómo habéis sorteado los obstáculos?