sábado, 17 de diciembre de 2011

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1 fue el primero. No recuerdo cómo le conocí, no le prestaba atención, simplemente había estado ahí siempre. Un día, en una de esas conversaciones telefónicas adolescentes que se alargan innecesariamente con la amiga del alma de aquella época, analizábamos las cualidades de nuestros compañeros de clase. A ella le hacía gracia y eso me hizo fijarme en él. Hubo un tonteo progresivo, iniciado por el lanzamiento de bolitas de plastelina en clase y seguido de magreos bajo la manta en el autobús de camino a París. Con él descubrí el mundo del amor, de las caricias y de los placeres. Juntos nos aventuramos a iniciar el delicioso camino hasta el éxtasis, que descubrimos con mucha ilusión durante toda la adolescencia. Al llegar a la mayoría de edad nuestros caminos divergieron, pero manteniendo una amistad de las que pocas personas pueden presumir. 1 es F.

2 fue un error. Me estrenaba en la Universidad y necesitaba reafirmar mi independencia demostrando a todo el mundo que podía estar con quien yo eligiera, no con quien se me suponía adecuado. Aquél chico cinco años mayor que yo, de pelo largo y pantalones paqueteros era ideal para disgustar a mi madre y desprenderme definitivamente del recuerdo adolescente de F. Comenzamos escribiendo notas calenturientas en las horas de clase y seguimos compartiendo paseos clandestinos, puesto que él tenía novia. No me importaba, sólo estaba interesada en los músculos de Bboy que se intuían bajo aquella camiseta. Inesperadamente, él dejó a su novia por mí y me sentía en el deber de corresponderle. Para mi decepción, precoz y escaso serían los adjetivos que mejor lo definían en la cama. Estando todavía enamorada de 1, nos hice perder cuatro años, hasta que F se cansó de jugar conmigo al ratón y al gato.

3 fue una locura. Estaba en Punta Cana, de viaje de fin de carrera y me hizo conocer su interés por mí a través de una amiga común. Nunca había tenido un lío de una noche, así que mi amiga se encargó de alcoholizarme para que me lanzase. Yo ya llevaba unas cuantas copas de más y él no aparecía, de modo que decidí entretenerme con C, mi amigo asexual de toda la vida. Después de unas horas bailando reggaetón las manos se nos escapaban y terminamos compartiendo saliva profusamente ante los atónitos ojos de mis compañeros de carrera, que tuvieron a bien lanzarnos un par de copas por la cabeza para refrescarnos. Al encenderse las luces que avisaban del cierre de la discoteca del hotel, apareció mi pretendiente inicial y me marché con él. Dejé a C con un calentón considerable alegando que lo había pasado bien, pero hay cosas que no puedo hacer con un amigo de toda la vida. Respecto al pretendiente, ver amanecer follando en una hamaca del caribe parece prometedor, pero el alcohol hace estragos y la arena despelleja las rodillas.

4 fue C. Después de mi calentón y fuga, quedamos para hablar. Nos conocíamos desde la infancia, nunca había habido el más mínimo indicio de tensión sexual entre nosotros y era amigo de los dos novios que había tenido hasta entonces. No acabábamos de encajar cómo habíamos acabado tan liados... pero como lo que pasa en Punta Cana se queda en Punta Cana, nos encerramos en una habitación del hotel y dimos rienda suelta al morbo de lo prohibido hasta terminar lo que teníamos pendiente. La aventurilla duró un par de meses más, celebrando encuentros en lugares tan socorridos como el avión de vuelta, el coche y los patios peor iluminados del barrio. Se fue a vivir a baleares, pero sigue siendo mi amigo y compañero de viaje.

5 fue otro estrago del alcohol. Residente rústico de Pueblopalmao, con un más que evidente sobrepeso y ningún rasgo físico que pudiese considerar atractivo, estuve hablando una noche con él por ser el hijo del mejor amigo de mi padre. Como en todos los pueblos hay poco trabajo, la gente tuvo a bien inventarse que nos habíamos acostado. La siguiente nochevieja, con la lucidez mental que el alcohol me atribuye, pensé que ya que hablaban yo les iba a dar motivos y nos acostamos en el museo del pueblo.

6 fue mi primer desengaño. Me conoció una noche en la discoteca más cutre de la región, cerca de Pueblopalmao. Tuvimos una hermosa primera cita y a mí el me gustaba bastante, pero al parecer no fue mutuo. 6 es el PPN y ya he escrito por él más líneas de las que merece.

7 fue un desafío. De fiesta en Mallorca, L y yo ligamos con dos amigos del mismo grupo. Un rato después estábamos en casa de uno de ellos, tomando la penúltima en el sofá. Cuando tuvo lo suyo, mi compañero recordó que tenía que trabajar y allí me dejo, sola en la cama de un desconocido escuchando a mi amiga follar en la habitación contigua.

8 fue una sorpresa. Después de tanto amante de pacotilla había perdido mi esperanza en los hombres. Le conocí en una red social de dudosa fama y decidí a saludarle porque me llamaba la atención que un chico tan atractivo viviese en mi barrio sin que yo me diera cuenta. Tras de hablar durante unos días, me enseñó que sabía utilizar mejor la lengua para otras cosas. Es un dios del sexo, pero demasiado golfo para mi gusto. Sigue en mi agenda, por si tengo una emergencia.

9 fue curiosidad. Tropezó conmigo en la abarrotada discoteca de moda y le dije que a modo de disculpa debía quedarse a bailar conmigo. Entre copas, me dijo que era escorpio y me propuse probar si es cierto lo que dicen de los amantes de mi signo. Quedamos varias veces más hasta que se emparejó con una niña adorable. Deduzco que ella desconoce que, cada vez que nos cruzamos de fiesta, su novio ve oportuno recordarme recuerda lo bien que se nos daba bailar juntos. Hay veces que me odio por ser buena persona.

10 fue práctico. Nos conocimos en la hora de cierre de una discoteca y le dejé bien claro que no esperaba que me tratase como a una princesa si lo que pretendía era acostarse conmigo. De vez en cuando llama para comprobar mi disponibilidad. Es directo y sincero. También sigue en mi agenda.

11 fue frustrante. Es un tío inteligente, con ese tipo de atractivo que no se ve a primera vista pero que engancha. Teníamos conversaciones de horas en las que parecía haber química, pero a la hora de ponernos con la física fue un desengaño. Me veía como a una hermana y yo no estaba muy por la labor de compartir oraciones con él. Le cedí el testigo a mi amiga A. 11 es El cura.

12 fue un desconocido en internet. Llevaba hablabando conmigo unas semanas, hasta que una noche apareció en la discoteca donde yo estaba y nos marchamos juntos. No volví a verlo más.

13 fue el amor de mi vida. En una de nuestras primeras citas me contó que su anterior novia era prostituta y temía que le hubiera contagiado una ETS por lo que pasamos todo un mes durmiendo juntos, literalmente. Al principio no estaba muy convencida, pero cuando me quise dar cuenta estaba enamorada hasta las entrañas. 13 es Pasteloso. Sobra decir más.

14 fue de prueba. Muy dolida por el abandono de Pasteloso, pensaba que nada podría sacarme de mi celibato pero me equivocaba. Un italiano puede conseguir todo lo que se proponga, spaghetti mediante. Tengo pendiente un viaje a Milán. Mi piace molto godere, Jacobo!

15 fue insistente. Desde un beso adolescente, siempre había tratado de tentarme pero nunca se daba la ocasión adecuada para ceder. Aprovechando mi fragilidad post-Pasteloso, me invitó a ver una peli a su casa y pensé que si quería salir de mi mal de amores por qué no dejarme llevar. Como amante prometía, pero la cagó al decir, nada más salir de mí, que se sentía mal por lo que pudiera sentir su amigo F y no podía seguir. Sexualmente a medias y sentimentalmente ofendida, le dije que estaría bien que empatizase un poco conmigo, que me habían dejado plantada en el altar y había cumplido sobradamente con él. Pidió perdón y ha seguido intentando quedar conmigo, pero sinceramente no me apetece tentar a la suerte.

16 fue precipitado. Le conocí en la red y decidimos quedar para contarnos las penas. Divorciado, sentía lástima por mi sufrimiento y hablamos largo y tendido sobre las putadas que el amor ha cometido con nosotros. Salvando las distancias, nuestras historias eran similares y teníamos muchos puntos en común. El tema estrella de conversación eran nuestros respectivos ex. Quedamos varias veces para tomar café, pasear, ir al cine... Dijo que no quería sexo, que si llegaba el momento me llevaría a un lugar especial... pero una noche viendo una peli en el sofá le pudieron los instintos. Más adelante cumplió su promesa, pero esa ya es otra historia.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Cuando alguien lo dice


En nuestro idioma son dos palabras. En el resto suele tener tres, pero en cualquier caso, contienen la fuerza demoledora de un hechizo. Dilas cuando no debes y serás la única víctima de la catástrofe que provocan. Y es que, al contrario de lo que pueda parecer, muy a menudo inducen a sentimientos de repulsa, por mucho que estén relacionadas con el amor. Si te lo dice alguien de quien no estás enamorada, hagas lo que hagas no podrás impedir que haberlas oído te aparte de él.


¿Qué es lo que tienen que tanto pavor y rechazo provocan? En vez de sentir alegría nos sobrecoge el temor y luego, un velo de inconvenientes cubre y transforma al desdichado que las dijo, el cual, al poco, sólo nos inspira desprecio, porque le vemos a nuestra merced, sumiso, vencido, carente ya de interés. Él ha caído y el receptor se mantiene a flote. Y diciéndolo se torna tan débil a nuestros ojos que hay que protegerle para no herirle. De ser un igual pasa a estar muy abajo; de deleitosa compañía, a incordio. Te venera, no te deja en paz, reclama tu continua atención, incluso se alegra de recibir tus insultos, lamería el suelo tras tus pasos, se humillaría, te imploraría, abandonaría sus quehaceres para postrarse ante un teléfono a esperar tu llamada, perdido todo dominio y fuerza de voluntad. Ciertamente, está hechizado. 


Si era un amigo o un compañero con quien podías charlar relajadamente, ya no. Ha dejado de serlo. Ahora tendrás que medir las palabras para evitarle sufrir, pues sabes que tú, al no sentir lo mismo, eres la única causa de su infelicidad. Sin pedirlo, tienes al lado a alguien que se porta como si fuera tu pareja. ¡Es insoportable! Uno no quiere tener a nadie a su cargo; uno no quiere más responsabilidades que las que la vida le adjudica, y sin embargo, con el “te quiero”, te sientes obligado. ¿Qué le vas a hacer? Tú no le quieres, pero sabes cuánto duele no ser correspondido y desde tu puesto poderoso, pronto sientes que te cuesta seguir llamándole, te pone los pelos de punta cruzarte en su camino y ves en sus ojos una completa sumisión y una súplica desesperada. ¡Pobre del enamorado no correspondido que al confesar su amor queriendo causar gozo, no halla sino soledad! Y es que querer es egoísta. Es como si la comunidad de vecinos te dice “Te queremos. Se tú el presidente.” Oh, vaya, qué bien. A preocuparme yo de todos. El que te dice “te quiero” no acaba la frase. Tendría que añadir “a todas horas”. “Quiero tu cuerpo, tu mirada, tus pensamientos, tu atención, tu tiempo. Que me escuches, que me atiendas, que me mimes, que te dediques sólo a mí”. ¡Venga, hombre! ¿Y qué se queda para mí? ¿Tu amor, el que ni he pedido ni he buscado? Es como si me toca una moto en el sorteo de un hipermercado. ¿Y si no me gustan las motos? Ya me hacen molestarme en realizar un montón de papeleo y en buscar comprador. En nuestros genes está grabado a fuego perseguir lo imposible para salvaguardar la supervivencia de nuestra especie. Cuando ya has conseguido tu objetivo, por difícil que fuese, al terminar el flirteo desaparece el misterio y con él la mayor parte del interés. Así que ya sabes: si deseas apartar de tu vida a alguien que te es molesto, dile que le quieres. En la mayoría de los casos (en realidad siempre que no seas correspondido), servirá para que desaparezca. 


Ahora bien, si te lo dice alguien de quien sí estás enamorada… es bien distinto. Subirás al séptimo cielo con más impulso que una nave de la NASA. La cantinela del “me quiere, me quiere, ¡me quiere!” sonará como un mantra en tu cabeza. Ambos pelearéis por ver quién se entrega más, quién se sacrifica más para hacer feliz al otro. "Te quiero" “No cariño, Yo te quiero más”. 


En la única ocasión en que no tiene ningún efecto es cuando sabes que quien te lo dice lo utiliza como cumplido. Marido, mujer, aniversario, flores, bombones, un “te quiero” rutinario entre dientes, confusamente susurrado al oído junto a un volátil roce de mejillas. El aludido responde como un autómata “Ya… Y yo también a ti”. El paso el tiempo lo ha vaciado de sentimiento, el enamoramiento se convierte en difuso apego, pero existe la necesidad de decirlo porque produce alivio. Un engaño entre dos construido que deja vivir y respirar. Consuela tener un testigo de tu vida. 


Conclusión: Nunca des lo que no te piden. Si no lo necesitan, no van a querer usarlo. Y si lo das con toda tu buena intención, lo usarán por decencia y enseguida comenzarán a detestarlo. Eso si no lo tiran directamente a la basura. O si no se lo dan a otro. No olvidemos que la decencia y la educación no abundan en los días que vivimos.


¡Lástima que el amor no sea intercambiable! “¿Que me quieres? Ya, pero es que no me hace ninguna falta. ¿Por qué mejor no quieres a mi amiga Fulanita, que está muy falta de amor?”. El ser humano siempre ansía lo difícil de conseguir. Si quieres a alguien y quieres hacerle feliz, no se lo digas. Hay mil maneras de verlo y de comprobarlo antes que oírlo. El querido se sabe querido sin que se lo digan. El amor se ve, se nota, se siente. Mejor no lo digas, y si quieres experimentar ese espléndido estado de alborozo hormonal, cruza los dedos para no oírlo, incluso de alguien que te ame en secreto. Ansía, anhela, espera, sueña: una vez lo tengas… ya sabes: te fijarás un nuevo objetivo. Mientras ni lo digas ni te lo digan, aún podrás disfrutar.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Mi gente

Siempre me he considerado una persona poco sociable. Pensaba que la gente que me rodea en cierto modo lo hace por interés en su propio beneficio y que no tenía apoyos reales. Qué ciega estaba. Tantos días de lloros, tortura psicológica y pensamientos suicidas nadie los aguanta por gusto. En los momentos de crisis te das cuenta de quién está contigo y quién no.

Tras el primer mes en estado catatónico, comencé a salir de mi letargo. Lo único que me apetecía en realidad era fundirme en una espiral de autocondescendencia, pero mirar alrededor y ver los ojos de mi madre llenos de lágrimas al escucharme decir que no tenía ganas de vivir fue decisivo para que me obligase a mí misma a estar bien. O al menos a fingir que lo estaba mientras durase la búsqueda de mi bienestar real. Mi gente no tenía por qué seguir sufriendo mi amargura durante más tiempo, así que decidí comenzar a caminar para volver a encontrar mi felicidad.

Durante este vía crucis personal, ha habido muchas personas en mi camino. Personas que, sin yo saberlo, siempre andaban tras de mi sosteniéndome cuando caía y dando ánimos para que no me rindiera. Personas que cargaban su propia cruz pero han decidido andar a mi lado y compartir el camino. Personas que han a mitad de trayecto se han cansado de seguir conmigo y me han abandonado. Y todo lo contrario, personas que han aparecido en mitad del sendero y han decidido que lo continuemos juntos.

Lo doloroso han sido las decepciones. Gente a la que creía más cercana, que esperaba que hubiera estado ahí y no ha estado. En primer lugar por parte de Pasteloso. Tras la ruptura esperaba poder contar con él como amigo y que me ofreciese algún tipo de consuelo, pero se ha encargado de culpabilizarme y pisotearme hasta hacerme dejar de ser yo. También recuerdo concretamente un amigo, o al menos alguien que yo pensé que lo era, que en una de mis conversaciones me cortó tajantemente diciendo que ya estaba cansado que fuese a buscarlo siempre que me pasaba algo malo. Sabiendo que soy una persona tremendamente tímida, pedir ayuda no me resulta nada fácil y que me espanten así cuando pido apoyo es algo que me ha disuadido completamente. Tampoco han faltado los buitres carentes de tacto que, viéndome débil, han intentado aprovecharse de mi fragilidad para conseguir sexo. Para mí, personas como estas son gente con la que nunca más voy a contar. No merecen la pena.

Traté de centrarme en lo positivo que podía obtener de la que, sin duda, ha sido la peor experiencia de mi vida. 

Mi convivencia con Pasteloso me enseñó que poder contar con una familia estructurada que te apoye es un bien escaso del que muy pocas personas podemos disfrutar. Es una de las cosas con las que cuentas por defecto y das tan por supuestas que dejas de ver. Su admiración por la unión de mi familia me hizo apreciarla de nuevo. Fue lo único bueno que me ha quedado de él.

Mi madre ha sido un apoyo constante. Ha escuchado cada sollozo y consolado cada suspiro. Secar mis lágrimas y dormir mis noches cuando no podía estar sola es algo que no tiene precio. 
Mi hermana ha tenido que ser muy fuerte durante todo este tiempo. Darme de comer cuando no podía con mi alma es algo que una hermana menor no debería pasar.
Mi padre, desde la distancia emocional que lo caracteriza, ha luchado por mis intereses y me ha forzado a abrir los ojos cuando me empeñaba en seguir ciega.

Me habréis oído quejarme de ellos un millón de veces, pero tengo una familia diez. 

Al principio y a pesar de serlo, durante mi depresión no me sentía especialmente afortunada de contar con su apoyo. Es lo que se espera de una familia. Es su obligación. Después pasan los días y te das cuenta de que tu familia es demasiado cercana y no puede ayudarte a salir del foso, puesto que están dentro contigo.

Por suerte, mi fortuna llega mucho más allá, puesto que no solamente aquellos que comparten mis genes han estado a mi lado. He descubierto que tengo tres amigas incondicionales, dispuestas a aguantar mis absurdeces y a mantenerme a flote por más que yo me empeñe en hundirme. 
L vive en baleares y desde que su padre falleció, su hermano tiene problemas con la cocaína y su madre con el alcohol. Ella es quien sostiene la familia y se encarga de que su hermana pequeña no descarríe.
A es madre soltera. El padre de su hijo es un chulo maltratador que la pisoteó como persona y se encargó de transmitirle alguna que otra venérea incluso durante el embarazo. Siempre tiene una sonrisa para todos.
V está estudiando un máster a tiempo completo con dedicación exclusiva. A pesar de haber vivido intensamente el divorcio de su hermana, la muerte de su abuela y una cardiopatía en su padre, sigue siendo brillante académicamente y practica deporte a nivel nacional.
Dicen que los verdaderos amigos, como la sangre, acuden a la herida sin ser llamados. Ellas me han confirmado que eso es así, ya que pesar de la distancia, la existencia de responsabilidades mayores y la escasez de tiempo, estas tres mujeres de bandera han estado al pie del cañón conmigo en todo momento. 

También ha habido desconocidos (o escasamente conocidos) que, como vosotros, han mostrado interés y preocupación por mi estado. Algunos son buenos amigos ahora. Incluso hay alguien que es algo más y aunque no sé hasta qué punto eso es bueno ahora, he decidido limitarme a disfrutar el presente mientras el futuro llega.

Nunca agradeceré suficientemente todo lo que estas personas han hecho por mi durante estos meses. Aún queda un largo trayecto, pero contar con este apoyo es algo que no se puede medir.

Gracias a todos aquellos que, de un modo u otro, habéis aportado un granito de arena a mi felicidad.

Sois increíbles. 

jueves, 1 de diciembre de 2011

Luna nueva


He vuelto.

El motivo de mi prolongada ausencia no ha sido la falta de inspiración debida a la felicidad suprema, como anteriormente. Si habéis cotilleado un poco los últimos comentarios, sabréis que perdí a Pasteloso.

Sabéis que estaba enamorada. Él era el centro de mi universo, el motivo que me levantaba de la cama todos los días y quien daba ilusión a todos mis planes de futuro. Por él me convertí en mujer trabajadora y ama de casa. Incluso estaba prometida. No ha muerto, ni ha desaparecido. Por desgracia. Simplemente me ha echado de su vida del peor de los modos. Soy prescindible. Y duele.

Duele todavía más no entender. Ni el porqué, ni el cómo, ni el cuándo.

20-9-2010 Cariño te amo y lo hago de verdad. parece una puta locura xq solo nos conocemos dos meses pero te has ganado un hueco muy grande en mi vida. tengo miedo de perderte o de que te canses de mi o de que no estes a gusto o de yo q se q! siento q nunca he querido como te quiero a ti y es algo precioso pero a la vez aterrador. x favor no me hagas daño nunca xq yo no t lo voy a hacer a ti. te amo mi vida!

15-5-2011 Cariño me amas? necesito saberlo pero necesito saber q me amas de verdad y q sinceramente quieres casarte conmigo. yo solo vivo e intento ganar todo el dinero q pueda para darte la mejor vida q es la q te mereces! a ti y a nuestra descendencia! te amo! y quiero que sepas q eres la razon por la q todos los dias me levanto de la cama

15-6-2011
Por ti jamás tiraré la toalla e intentaré ayudarte en todo lo que pueda para seguir mejorando como pareja/matrimonio... gracias ti por aguantarme y no mandarme a la mierda con lo pesado que soy.
Recuerda siempre esto ok?.... gracias por devolverme la sonrisa y la alegría a mi vida... gracias por darme ganas de luchar contra todo lo que se ponga delante... no lo hago por mi... lo hago por ti porque te mereces lo mejor... y lucharé contra el que se plante delante en tal de hacerte la mujer más feliz del mundo entero y darte lo que te mereces... Alguna vez has oído lo de pagar con la misma moneda?? tu me devolviste la sonrisa y la alegría... y yo te quiero pagar con esa moneda... quiero hacerte sonreír cada día TE AMO!

El 27 de julio me echó de su vida, peor que a un perro. No puedes decirle a tu prometida que todavía la quieres, sollozando, y pretender que se marche sin pedir más explicación. Eso ha sido una tortura. Y él siempre se ha creído la víctima, convirtiéndome en la fuente de todos sus males. Yo he sido la culpable de todo y así se ha encargado de hacérmelo sentir.

No sé exactamente qué sucedió, por qué quiso dejar de luchar por lo nuestro. Ambos pasábamos una mala racha laboral, el estrés era notorio y la tensión en casa se podía cortar con un cuchillo. Recuerdo gritos.

Gritos por la colocación de los cojines en el sofá.
Gritos por las arrugas en el mantel.
Gritos por el orden en el que se echan los ingredientes en la pizza.
Gritos por la dirección en la que se echa la sal a la comida.
Gritos porque le parecía que la cocina estaba insalubre y le daba asco comer allí.

Y después de la ruptura, amenazas. No puedo concebir cómo las despedidas pasaron de ser un "Te amo" a un "Tú lo has querido, prepárate"

30-9-2011
Te voy a decir algo que espero que respetes de una vez por todas... DEJA DE JODERME MAS LA EXISTENCIA VIVE TU VIDA Y OLVIDATE DE QUE EXISTO POR FAVOR
Cuando alguien te jode de esta manera por mucho que hayas querido odias al instante. Y desde el momento cero de dejar la relacion no has hecho mas que una cagada detras de otra y las se todas desde el primer dia. Si quieres respeto da el mismo trato ya que repito que desde el momento cero me lo has faltado tu a mi haciendo todo lo que has hecho. creo que no estas en disposicion desde el momento cero de pedir respeto por mi parte. analizate a ti misma y te daras cuenta de toda la mierda que me has tirado encima por culpa de tu incomprension y tu osadia. tu mente no es capaz de imaginar el daño que me has hecho desde el dia en que se acaba la relacion y tu te entrometes gratuitamente en mi vida como un elefante en una cacharreria. eres una ignorante completa de las consecuencias que me estas provocando con todo esto... hasta que se me cruce un cable y la siguiente comunicacion sea por via legal. tu decides. esta todo en tu mano.

Se formó un enorme bloque de hielo en la boca de mi estómago. Al menos esa era mi sensación, un peso, algo que me bloqueaba y hacía que tuviera frío constantemente.



Dejé de comer.
Vomité tanto que pensé que mi cuerpo quería deshacerse de mi corazón putrefacto echándolo por la boca. Adelgacé 7 kg en diez días.

Dejé de dormir.
Estaba agotada, muerta en vida, necesitaba descansar pero simplemente no podía. Pasé más de un mes durmiendo apenas 20 minutos al día, en los que conseguía conciliar el sueño de puro agotamiento.

Me convertí en una autómata. Un robot, completamente ajena al medio. Y mientras, compaginaba dos empleos. No sé si trabajaba... pero asistía.

Dejé de hablar.
Nada había suficientemente importante como para arrancarme una palabra si no era él.

Dejé de salir, de ducharme, de tener ganas de vivir.
Cuando cogía el coche, pensaba constantemente en mil formas distintas de despeñarme y morir. Por suerte, la ansiedad hizo que olvidase cómo se hacía. Ya no sabía conducir.

Perdí mis empleos. El mes de verano en sanidad pública se agotó. En el Valle de los Reyes pedí una excedencia porque no iba cara al aire. Ellos directamente pasaron de renovarme.

Fue, con diferencia, la peor etapa de mi vida. Una agonía constante. Solamente quería hacerme una bolita y desaparecer. Implosionar hasta convertirme en un agujero negro y fundirme con el universo.

Me vi confinada en casa de mis padres otra vez, sin pareja, sin trabajo y sin ganas de vivir. Como si el último año hubiera sido un dulce sueño terminado en pesadilla. Una broma pesada.

Mi ciudad natal se transformó en una trampa.
Al principio no soportaba los recuerdos. Le veía en cada rincón, tenía una anécdota para cada día. Era omnipresente.
Después temía la simple idea de cruzarme con él. Visto odio que me demostraba, me aterrorizaba cuál sería su reacción si un día lo veía por la calle.

He huido a otra provincia.

Me ha roto en pedazos. Ha volatilizado mi autoestima y me ha vuelto inútil.

Siempre me pareció exagerado, pero ahora entiendo a la perfección esta escena.

¿Cómo se convierte la luna nueva en cuarto creciente?

Por suerte, ya han pasado mis meses de luto. Ahora viene lo difícil.