viernes, 25 de junio de 2010

Así explotó mi burbuja

"Yo siempre he tenido mucha suerte en el amor, no sé lo que es estar soltera."

Maldito el día en que dije esa frase. El encargado de gestionar el kharma sentimental en el Universo pensó que no era justo y me maldijo. Eso, o que las amenazas de las cadenas de e-mail son reales.

Después de una relación de cuatro años que llevaba 3 agonizando, decidimos que para seguir mirándonos con asco mejor cada uno volvía a casa de sus padres y nos ahorrábamos el alquiler. El problema es que gracias a mi "suerte en el amor", yo no había estado soltera desde el año 2002. El 14 de Febrero entré oficialmente en el mundo de la soltería y me di cuenta de que no sé estar sola. Sí, el día de San Valentín todo el mundo rezumaba amor por cada uno de sus poros y yo sólo lloraba con la cabeza debajo de las mantas y pidiéndole a Cupido cambiase el arco por una AK 47, a ver si había suerte y moría.

Además, tuve la fortuna de quedarme en paro. Así podía dedicarme 24h a la autocompasión, sin que me interrumpiera la jornada laboral. Las alegrías vienen juntas.

Después de unas semanas de agonía y culpa, decidí sacar la cabeza de debajo de las sábanas, observé mi habitación tapizada de pañuelos con lágrimas y mocos. Si seguía así, nos íbamos a quedar sin árboles en el mundo.

Retomé el contacto con mis hamijas (mi definición de este término ya ocupará un post algún día) y me di a la mala vida. Yo, que no había salido de fiesta ni en mi época universitaria, empecé a emborracharme jueves, viernes y sábado de todas las semanas.

Desde entonces mi tiempo libre alterna tres actividades: la embriaguez, dormir e internet.

Mi basura nace en los periodos de embriaguez pero se alimenta, crece y reproduce en mis ratos en la red. Menos mal que fui bendecida con la capacidad de dormir 10 horas al día.

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