jueves, 18 de noviembre de 2010

Vida laboral e indignación




Terminé la carrera hace ya casi tres años. Tengo un currículum más bien nutrido* y toda la experiencia laboral que se me ha permitido acumular desde los 18 años. He trabajado en Telepizza, en una sala de fiestas, en un restaurante, en campamentos, dando clases de natación, haciendo revisiones podológicas, impartiendo educación para la salud y finalmente como enfermera.


Cuando terminé la carrera y título en mano, me puse a echar currículums como una loca porque tenía unas ganas inmensas de trabajar de lo que había estudiado. Tardaron dos meses en llamarme, cosa que teniendo en cuenta que carecía de experiencia me parece lo más normal del mundo. Era de una cadena de centros geriátricos, en la que estuve trabajando nueve meses durante los que vi cometer tantas atrocidades contra los pobres abuelitos que perdí la fe en los buenos profesionales. Hacía turno rodado, por el cual trabajé indistintamente mañanas, tardes, noches, fines de semana y festivos. Sobre las condiciones laborales, era una sola enfermera para 70 ancianos, ¿hace falta decir más?

Por suerte, un buen día al llegar a casa después de vacaciones mi padre me entregó una carta certificada en la que decía que no hacía falta que volviese al trabajo. Obviamente no volví, pero a los pocos días la amable secretaria de recursos humanos de la empresa me llamó para recordarme que debía devolver el uniforme. Todo un detalle.

Después de eso, comencé a trabajar en otra residencia de ancianos para la que me había entrevistado mientras trabajaba en la primera ya que no me encontraba a gusto en absoluto y cada día que pasaba tenía más claro que si no podía cambiar de empleo, al menos cambiaría de empresa. Esta en concreto era una fundación perteneciente al Opus Dei. Aunque no comulgo con la religión católica, aquí al menos trataban a los abuelitos como seres humanos. Además éramos dos enfermeras por turno, teníamos sólo 50 ancianitos y trabajaba fija en turno de tarde, con lo cual podía planificar mi vida social y las tareas del hogar para la mañana.

Tres meses después, una mañana de agosto me llamaron de la Conselleria de Sanidad para ofertarme una baja de 20 días en un centro de salud, por fin. Empezaba al día siguiente. Aunque me pilló totalmente a contrapelo, acepté el puesto. Al fin y al cabo no era la primera persona con dos empleos y sólo iban a ser veinte días.
La baja del centro de salud se alargó y estuve compaginando el trabajo en la sanidad pública con el trabajo en la resi de ancianos durante dos meses en los que tuve que hacer mil peripecias para cuadrar los horarios y llegar a tiempo a ambos puestos. Me estaba volviendo loca (curraba 14 horas diarias) hasta que comenzaron a ponerme problemas para cambiar turnos, con lo que ya no podía cuadrar los horarios para cumplir en ambos sitios. Me presionaron tanto que me vi obligada a elegir entre un trabajo desagradable de bajo sueldo pero estable en la residencia o un trabajo que me gustaba y bien remunerado pero de duración incierta en el centro de salud.

Mis compañeras del centro de salud me advirtieron que la enfermera cuya baja estaba cubriendo es una currante nata, de las que empalman una baja con otra hasta agotar los permisos. Sabiendo eso y como no tenía gastos ni deudas que cubrir, opté por seguir solamente en el centro de salud. Por suerte para mí, la baja se alargó de los 20 días previstos hasta 9 meses**, que curiosamente es el máximo periodo que se acepta por accidente laboral.

Cuando terminé la baja, había acumulado 9 meses de experiencia en la sanidad pública. Quedé parada en Marzo y estuve cobrando por mi desempleo hasta Junio. En ese lapso, una amiga de mi familia me dijo que tiene un contacto en un hospital nuevo a 150 km de mi casa y me ofreció un puesto de trabajo allí a través de esta persona. La oferta me interesaba porque es un hospital público, aunque de gestión privada. Me enviaron un mail con la solicitud de incorporación, acudí a la entrevista y esperé a que me llamaran. De hecho, sigo esperando la llamada y han pasado más de seis meses. He desistido.

Actualmente tengo un trabajo de media jornada en otro geriátrico, por el cual cobro obviamente la mitad del sueldo establecido por convenio para mi puesto, pero solamente trabajo tres días a la semana***. Tal como están las cosas, me veo obligada a dar gracias porque al menos no estoy en paro y porque mi medio sueldo es casi lo que gana un españolito normal en un mes. Aclaremos que no me quejo por vicio, no soy millonaria ni mucho menos, pero es que el sueldo habitual en españa es de risa. Mi salario al menos puedo calificarlo de digno.

Pero aún así, no me siento en absoluto satisfecha con mi empleo. Me parece razonable que a los jóvenes, por tener menos experiencia, nos discriminen para ciertos puestos y todos acabemos pringando en geriátricos, donde el trabajo no es nada agradable y el sueldo la mitad que en hospitales o centros de salud. Lo que no me parece razonable es que los fósiles del sistema sanitario estén ahí de forma perenne, la mayoría sin haber recibido ningún tipo de reciclaje útil y haciendo desaprender con su mal ejemplo**** a los pocos jóvenes que consiguen trabajar, ya que los argumentos "porque así se ha hecho toda la vida" y "porque le va bien" son irrebatibles desde el punto de vista científico.

Esa situación me indigna, porque algunos hemos invertido en nuestra formación* unas cifras considerables con la esperanza de poder optar a un trabajo mejor sin que necesariamente hayan de pasar años y años de trabajos ambulantes. Este berrinche es por la forma que el sistema tiene de tratar a la gente joven como yo, con ganas de trabajar y sin poder hacerlo.


Os preguntaréis ¿todo este rollo para qué nos lo cuentas?

Sinceramente, yo tampoco lo sé. Bueno sí, con la esperanza de que algún jefazo sienta lástima o compasión de mí y mande un mail pidiéndome que me incorpore a otro puesto de trabajo. O aún mejor, que se enamoren de mi currículum y decidan contratarme por mis aptitudes. O aún mejor, que decidan otorgarme un sueldo mensual vitalicio sólo porque les caigo bien. De ilusiones también se vive ¿no?


*Como dato destacable, tengo tres másters que me han costado un ojo de la cara, manejo 4 idiomas y he hecho una infinidad de cursos y prácticas.
**La señora supuestamente había sufrido una caída que había agravado una lesión anterior en el brazo, por la que tuvo que ser operada y rehabilitada. En ese periodo de tiempo la vimos cargada de bolsas una tarde de compras. Como dato completamente ajeno a esto, acababa de tener un nieto.
*** Tengo la fortuna de pringar generalmente sábado, domingo y viernes o lunes.
****Durante mis meses en el centro de salud, vi utilizar como antiséptico ácido bórico. El uso de dicha sustancia está prohibido varias veces en el BOE, por ser altamente tóxico. La primera prohibición es del año 1964.

9 comentarios:

  1. Vete al Reino Unido, hacen faltan enfermeras y pagan bien. España es un país pobre y te paga como país pobre que es, no sé de qué te sorprendes.

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  2. Wolfgang, no me quejo de mi sueldo. Precisamente lo he calificado de digno.
    Me quejo de la dificultad de acceso a ofertas laborales decentes, en las que obvian tu formación y sólo preguntan por los años de experiencia experiencia. La incompetencia también se mide en años.

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  3. ¡Qué puñeta! De verdad de la buena que si me entero de algo yo te digo. ¿Tienes movilidad geográfica? Porque yo estoy a un cacho...

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  4. Bienvenida al sistema sanitario público español....

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  5. A mí también me indignan situaciones como la que describes, y que gente que ha estado años formándose casi mendigue trabajo mientras el que puede poner un par de millones heredados sobre una mesa siempre encuentra un negocio lucrativo en el que invertir. Lamentablemente, el sistema capitalista es así, y no hay mucho más que decir.

    Como dice mi vecino de arriba el Dr. Bonis, el sistema sanitario público español (Y el privado, añado, que yo trabajo en la privada y manda huevos también...), es una mierda (Con perdón), y mientras no lo racionalicen un poco (por lo menos), seguirá siéndolo.

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  6. Hace 15 años que trabajo en geriatria y he visto cosas,tan horrorosas que si las cuento me preguntareis que por ke no he llamado a los mossos desquadra...hay una inspectora en Barcelona que me insinuo que los jefes que tiene por encima la tienen como atada de manos...actualmente estoy hechando curriculums y estoy aterrorizada de volverme a encontrar compañeros de trabajo que ya entran a trabajar borrachos,por poner un ejemplo....mis superiores lo sabian pero COMO ESTABAN FIJOS NO SE PODIA HACER NADA...eso es lo que me decian..aterrorizada os lo juro...y cuando entro en un geriatrico y veo que las compañeras que estan dentro casi ninguna esta fija,eso ya me indica la calaña de geriatrico en el que me he vuelto a meter......VISCA CATALUÑA!!!

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  7. Saludos!!
    Andaba echándole un vistazo a los blogs literarios que me llamaban la atención por el título y de casualidad topé con el tuyo. Te puede interesar el mío si te gusta leer literatura personal y escribir (microrrelatos, reflexiones, poemas, relatos), informarte sobre la actualidad (belleza, salud, videojuegos), debatir sobre los acontecimientos de la vida y filosofar un poco con todos nosotros, y por supuesto hacer publicidad de tu blogspot en la pestaña "Aquí tu blog" para compartir con el resto de bloggeros tus inquietudes; creo que todos los que nos hacemos un blog es para transmitir nuestras emociones y recibir opiniones que nos sean productivas.

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    En definitiva, únete si lo deseas y si no pues otra vez será. Gracias ^^

    PDTA: No te preocupes, yo estoy en 5º de carrera psicología y me estoy arrepintiendo de haberme metido en la Universidad... porque cada vez le veo menos futuro, de hecho España es el único país donde tener una carrera universitaria no te garantiza trabajar..... Da pena si ¬¬ ... así que nos conviene más meternos a señoritas de compañía de lujo jejeje

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