sábado, 17 de julio de 2010

Las medias tintas

Tengo un problema con los puntos medios.

Para mí la vida es en blanco y negro, no existe la escala de grises, difuminados y sombreados absurdos. Como dicen en mi tierra: "Animalà o res". Vivo en una dicotomía constante.

En mi alimentación:
Si estoy a régimen, me alimento de agua y lechuga. Sin aliños. Sólo cuento calorías y mastico.
Si no lo estoy, me inflo a comida basura. Cualquier cosa con un envase de colores y muchos E-XXX en su composición es válida. Con mucha sal y muchas grasas trans.

En mi aseo personal:
Si estoy en plan dejada, una ducha a la semana y el mismo pijama pestilente son perfectamente válidos. Depilarse es considerado sacrilegio en esas etapas.
Si me entra la vena presumida, la sesión de chapa y pintura puede durar entre 1 y 5 horas sólo para ir a comprar el pan.

En mi avidez intelectual:
Si me obsesiono por cualquier tema, en una semana llegaré a acumular tal cantidad de información sobre ello que podría asesorar a los mayores expertos a nivel mundial. Puedes preguntarme lo que quieras sobre diabetes, gatos y sexo.
Si he de estudiar algo en concreto por obligación, leeré lo justo para conseguir hacerme una chuleta y aprobar. Por eso suspendí matemáticas toda la vida.

En mis amistades:
Si te has ganado mi confianza, te informo cada 5 minutos de los cambios en mi vida, te pregunto sobre cualquier decisión y tengo tu opinión en cuenta en todos mis actos. Doy mi vida por ti.
Si eres de los que sólo están cuando las cosas van bien, la única palabra que te dedico es "hola" y sólo si me resulta imposible fingir que no te he visto. La hipocresía se me atraganta.

En mi trabajo:
Si tengo un buen equipo médico, me anticipo y rozo el intrusismo profesional. De cara al paciente, me mantengo en un segundo plano y el mérito es de todos.
Si se han comprado el título sin merecerlo y esperan que los admire como seres superiores por ser enfermera, me limitaré a ser todo lo inútil que ellos esperan que sea. Amén por los pacientes.

En mis relaciones con los hombres:
Si estoy realmente interesada en alguien, sólo existe esa persona en el mundo hasta que me abandone. Ya comenté sobre esto.
Si sé que sólo es sexo, me valdrá con saber su teléfono y disponibilidad horaria. Cuanto menos sepa de él, mejor para mi salud mental. Conocer su nombre es por cortesía, no por gusto.


Mierda, estoy pensando demasiado sobre este último punto. Me cabrea mi relación con el mundo masculino. Mañana caerá otro post.

Mi neurosis y mi ciclotimia no ayudan en esto.
Soy altamente inestable para todo.

...un desastre.

3 comentarios:

  1. Entonces me parece que más que paranoica eres obsesiva compulsiva, porque yo lo soy y esos síntomas me resultan muy familiares

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  2. Me decanté por paranoica porque me da la sensación de que todo acaba sucediéndome a mi. El mundo confabula en mi contra y cuando todo marcha bien es porque la espada de Damocles se cierne sobre mí.

    Neurótica, ciclotímica e hipocondríaca también me son válidos.

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  3. Una cosa es segura: no te aburres contigo misma. Lo cual no es forzosamente divertido.

    A mí, la democracia me parece una de esas medias tintas que no soporta un análisis lógico riguroso.

    Si no supiera que eres enfermera, juraría que te conozco.

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