viernes, 2 de diciembre de 2011

Mi gente

Siempre me he considerado una persona poco sociable. Pensaba que la gente que me rodea en cierto modo lo hace por interés en su propio beneficio y que no tenía apoyos reales. Qué ciega estaba. Tantos días de lloros, tortura psicológica y pensamientos suicidas nadie los aguanta por gusto. En los momentos de crisis te das cuenta de quién está contigo y quién no.

Tras el primer mes en estado catatónico, comencé a salir de mi letargo. Lo único que me apetecía en realidad era fundirme en una espiral de autocondescendencia, pero mirar alrededor y ver los ojos de mi madre llenos de lágrimas al escucharme decir que no tenía ganas de vivir fue decisivo para que me obligase a mí misma a estar bien. O al menos a fingir que lo estaba mientras durase la búsqueda de mi bienestar real. Mi gente no tenía por qué seguir sufriendo mi amargura durante más tiempo, así que decidí comenzar a caminar para volver a encontrar mi felicidad.

Durante este vía crucis personal, ha habido muchas personas en mi camino. Personas que, sin yo saberlo, siempre andaban tras de mi sosteniéndome cuando caía y dando ánimos para que no me rindiera. Personas que cargaban su propia cruz pero han decidido andar a mi lado y compartir el camino. Personas que han a mitad de trayecto se han cansado de seguir conmigo y me han abandonado. Y todo lo contrario, personas que han aparecido en mitad del sendero y han decidido que lo continuemos juntos.

Lo doloroso han sido las decepciones. Gente a la que creía más cercana, que esperaba que hubiera estado ahí y no ha estado. En primer lugar por parte de Pasteloso. Tras la ruptura esperaba poder contar con él como amigo y que me ofreciese algún tipo de consuelo, pero se ha encargado de culpabilizarme y pisotearme hasta hacerme dejar de ser yo. También recuerdo concretamente un amigo, o al menos alguien que yo pensé que lo era, que en una de mis conversaciones me cortó tajantemente diciendo que ya estaba cansado que fuese a buscarlo siempre que me pasaba algo malo. Sabiendo que soy una persona tremendamente tímida, pedir ayuda no me resulta nada fácil y que me espanten así cuando pido apoyo es algo que me ha disuadido completamente. Tampoco han faltado los buitres carentes de tacto que, viéndome débil, han intentado aprovecharse de mi fragilidad para conseguir sexo. Para mí, personas como estas son gente con la que nunca más voy a contar. No merecen la pena.

Traté de centrarme en lo positivo que podía obtener de la que, sin duda, ha sido la peor experiencia de mi vida. 

Mi convivencia con Pasteloso me enseñó que poder contar con una familia estructurada que te apoye es un bien escaso del que muy pocas personas podemos disfrutar. Es una de las cosas con las que cuentas por defecto y das tan por supuestas que dejas de ver. Su admiración por la unión de mi familia me hizo apreciarla de nuevo. Fue lo único bueno que me ha quedado de él.

Mi madre ha sido un apoyo constante. Ha escuchado cada sollozo y consolado cada suspiro. Secar mis lágrimas y dormir mis noches cuando no podía estar sola es algo que no tiene precio. 
Mi hermana ha tenido que ser muy fuerte durante todo este tiempo. Darme de comer cuando no podía con mi alma es algo que una hermana menor no debería pasar.
Mi padre, desde la distancia emocional que lo caracteriza, ha luchado por mis intereses y me ha forzado a abrir los ojos cuando me empeñaba en seguir ciega.

Me habréis oído quejarme de ellos un millón de veces, pero tengo una familia diez. 

Al principio y a pesar de serlo, durante mi depresión no me sentía especialmente afortunada de contar con su apoyo. Es lo que se espera de una familia. Es su obligación. Después pasan los días y te das cuenta de que tu familia es demasiado cercana y no puede ayudarte a salir del foso, puesto que están dentro contigo.

Por suerte, mi fortuna llega mucho más allá, puesto que no solamente aquellos que comparten mis genes han estado a mi lado. He descubierto que tengo tres amigas incondicionales, dispuestas a aguantar mis absurdeces y a mantenerme a flote por más que yo me empeñe en hundirme. 
L vive en baleares y desde que su padre falleció, su hermano tiene problemas con la cocaína y su madre con el alcohol. Ella es quien sostiene la familia y se encarga de que su hermana pequeña no descarríe.
A es madre soltera. El padre de su hijo es un chulo maltratador que la pisoteó como persona y se encargó de transmitirle alguna que otra venérea incluso durante el embarazo. Siempre tiene una sonrisa para todos.
V está estudiando un máster a tiempo completo con dedicación exclusiva. A pesar de haber vivido intensamente el divorcio de su hermana, la muerte de su abuela y una cardiopatía en su padre, sigue siendo brillante académicamente y practica deporte a nivel nacional.
Dicen que los verdaderos amigos, como la sangre, acuden a la herida sin ser llamados. Ellas me han confirmado que eso es así, ya que pesar de la distancia, la existencia de responsabilidades mayores y la escasez de tiempo, estas tres mujeres de bandera han estado al pie del cañón conmigo en todo momento. 

También ha habido desconocidos (o escasamente conocidos) que, como vosotros, han mostrado interés y preocupación por mi estado. Algunos son buenos amigos ahora. Incluso hay alguien que es algo más y aunque no sé hasta qué punto eso es bueno ahora, he decidido limitarme a disfrutar el presente mientras el futuro llega.

Nunca agradeceré suficientemente todo lo que estas personas han hecho por mi durante estos meses. Aún queda un largo trayecto, pero contar con este apoyo es algo que no se puede medir.

Gracias a todos aquellos que, de un modo u otro, habéis aportado un granito de arena a mi felicidad.

Sois increíbles. 

6 comentarios:

  1. Sea como sea, saber que estás (no diré estás bien, pero estás, hubo un tiempo en que temí algo peor) fur un alivio, así que me alegra doblemente que haya gente cerca dándote tu apoyo.

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  2. Hola c:he dado por casualidad con tu blog, coincidiencias de la vida...
    siento mucho todo lo que te ha ocurrido, porque debe ser duro de pasar..yo de pensarlo,uff...pero ante la adversidad, hay que poner buena cara!y hombres hay muchos y mejores seguro que si!!el problema es el mundo en qué nos movemos, en que nada se respeta y se mueve a su beneficio..
    ante todo ánimo!!y espero que todo vaya a mejor!!q seguro q si!
    besosss

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  3. Hola. He estado estos días leyendo cosas de tu blog y la verdad es que me gusta. Mi nuevo blog sólo lo conocen dos o tres personas y es lo mejor para poder expresarme con tranquilidad.

    Si me permites mi opinión, antes de saber que habías roto con Pasteloso (y es que siempre me voy a entradas antiguas antes de leer las nuevas) me pareció... no sé, me dio mala espina. Eso de que tuviera tantos problemas con antiguas amantes y esas cosas... suele ser mala señal. No sé cuál es el motivo de que lo hayáis dejado, pero lo cierto es que a pesar de las cosas bonitas que te decía el amor se demuestra con actos y lo cierto es que no parecía un chico muy conveniente... Mejor que no te hayas casado con él, sinceramente. Si la cosa hubiera seguido lo hubieras pasado mucho peor: imagínate que te quedas embarazada de él y descubres que tiene un lío con otra o algo así. Un desastre.

    Pareces una chica estupenda, la verdad. Búscate a un hombre que te quiera y que no arrastre un pasado truculento lleno de enfermas mentales... Cuando más libre sea un hombre de su pasado, mejor, menos problemas para ti y tu futuro. Y a la mínima señal rara, plántate. No sé si lo que ellas te decían era verdad o no, pero desde luego si te venían diciendo algo así o era verdad o querían hacerle daño a él... Y salvo excepciones, cuando alguien quiere hacer daño es porque busca venganza y si busca venganza por algo será...

    Un beso muy grande. Te deseo mucha suerte y mucho ánimo. Y que sepas que voy a estar por aquí.

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  4. Volverás a encontrar tu caminito, quizás mejor que el de antes.

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  5. Me llamo la atencion el nomble de tu espacio, despues de leerte, me gusta y con tu permiso me quedo por aqui. Un abrazo

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  6. JAP, gracias por la preocupación. Os he seguido en la distancia y aunque no escribiese, vuestros mensajes ayudan. Un abrazo enorme.

    Princess, es muy duro... yo siempre pensaba que la gente exageraba, pero es algo que hay que vivir para saberlo. Espero que con las cosas positivas (como ser madre, por ejemplo) me ocurra igual y sea mejor.

    Pirada (tiene gracia que yo te llame eso, si estoy peor!) al principio yo también pensaba que no me convenía, pero me dejé llevar y cuando quise darme cuenta ya no podía vivir sin el. Cierto es que estaba muy pringado por su pasado, pero le amaba.

    Wendy, estoy segura de ello, aunque cueste.

    Lapislazuli (me encanta el nombre, suena tan divertido!) bienvenid@ a mis devaneos mentales.

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