miércoles, 27 de octubre de 2010

Colegas de toda la vida


El PPN vuelve a las andadas.

Para mí, este chico es un misterio. O simplemente gilipollas. Después de haber hecho que me obsesionara con él hasta el límite de la alucinación para pasar a ignorar mi existencia y volverme loca, hemos entablado alguna conversación vía Messenger. Preguntaréis "¿y por qué no lo eliminas de tu lista de contactos?" pues porque tengo la vaga esperanza de que algún día se haga justicia divina y el chico en cuestión se dé cuenta de que me ha tratado mal y no sabe lo que se pierde. Sé que es una gilipollez, pero es lo que tiene conservar la fe en la humanidad. Craso error.

Desde que decidió ignorarme, lo he visto en dos ocasiones:

La primera, un lunes a las 2:30 de la madrugada. Digamos que después de una conversación subida de tono me picaba la entrepierna, pero más me picaba saber hasta qué punto el susodicho era capaz de abandonar el calor de su cama para venir a calentar la mía. Teniendo en cuenta que al día siguiente él tenía que madrugar y que para llegar a mi casa ha de recorrer unos cuantos kilómetros, me sentí con un poder sobrehumano por ser capaz de hacerle venir. La parte maléfica del plan era no abrir la puerta y dejarlo con las ganas, pero me pudieron las mías.

La segunda, un sábado etílico en la discoteca donde fuimos a celebrar el cumpleaños de Pasteloso. Yo, con la seguridad en tí misma que te dan unos tacones de 12 centímetros, un buen maquillaje y unas cuantas copas de vodka, me acerqué a saludarlo cordialmente en plan "mira qué superado tengo que pasaras de mi cara". Me dió dos besos y cruzamos cuatro palabras. Después descubrí que Pasteloso lo miraba con cara de pocos amigos desde la lejanía y el chico estaba acojonado. Pues vaya policía de mierda estás hecho.

Quitando estas dos ocasiones y dado que mis obsesiones habían encontrado alguien mucho más digno de ellas, la historia quedó bastante aparcada. Es decir, no supe de su existencia durante meses. Hasta ayer.

Facebook tuvo a bien avisarme de su cambio de estado sentimental. ¿El PPN tiene novia? Pues sí que ha cambiado el mundo... dejé un comentario "felicitándolo". Con mis mejores deseos.
Yo y otras 5 mujeres más. Qué tristes somos...

Esa misma noche oí la campanita del Messenger y cuál fue mi sorpresa al ver que era el PPN saludándome. ¿Y a este qué tripa se le ha roto ahora? Pedía disculpas por haberse ausentado tanto tiempo, pero se le había estropeado el ordenador y blablabla... toneladas de excusas baratas. Eso era de esperar, de donde no hay no puede sacarse. A continuación empezó a contarme cuán feliz era con su nueva novia, que lo centra mucho y que tiene ganas de sentar la cabeza. Patidifusa me hallo.

Lo que me desconcierta es en qué momento dejé de ser el polvo fácil y me gané el puesto de amiga quitapenas. ¿Eso no pasaba sólo con los hombres respecto a las mujeres?

En fin, colegas de toda la vida.

PD: Lo siento por el alarde de creatividad con el paint, intentaré no repetirlo demasiado a menudo.

3 comentarios:

  1. Regocijaos, jóvenes, en vuestra juventud.

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  2. Me he leído tus entradas relacionadas con el PPN y creo que conozco a este chico... en serio. Y eso que no soy de Valencia, pero es igualito.

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  3. Dra. Anchoa, por suerte o por desgracia "lo bueno" abunda.

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